Vivir sin miedo
Dalila Pascual / QUETZALTENANGO, QUETZALTENANGO
Todos los días escuchamos comentarios machistas, vemos acciones machistas y vivimos en carne propia acciones machistas, no importa en dónde estemos, simplemente vivimos con miedo.
En Guatemala mueren dos mujeres al día, según datos oficiales. El Grupo de Apoyo Mutuo, GAM ha enfatizado que en los últimos 13, desde 2008 han sido asesinadas casi 10 mil mujeres, y es a partir de ese año que entra en vigor en Guatemala la ley Contra el Femicidio y otras formas de violencia contra la mujer, lo que permitió mayor visibilidad al flagelo de la violencia machista en el país. En las noticias vemos a diario que alguna mujer ha sido violentada. En redes sociales diariamente circulan alertas de mujeres desaparecidas.
Pero, este problema se vive desde una menor escala cuando estamos platicando y somos víctimas de comentarios machistas. Mi abuela cuenta cómo su papá la sacó de la escuela con la excusa de que las mujeres se debían de casar por lo que era solo una perdida de tiempo, saber leer y escribir era suficiente para las mujeres. Mi mamá cuenta que veía a mi abuela sufrir violencia doméstica y al cuestionar la situación, la respuesta era que debía aguantar ya que era su esposo y no se podían separar, además, se tenía que portar bien ya que no podría imaginar lo que dirían si le tocara criar a sus hijos sola.
Esto me impactó y creo firmemente que todos somos personas a las cuales se nos debe de respetar, que debemos ser tratados y tratadas con dignidad. Además, opino que las mujeres no debemos de ser vistas como un accesorio y debemos ser tratadas en igualdad de condiciones.
La mayoría de las mujeres en el país, vivimos situaciones machistas en nuestros hogares, por ejemplo, el simple hecho de que me regañen por no servirle una taza de café a mis hermanos varones, con la excusa de que soy mujer y debo servir.
Cuando converso con mis amigas siempre coincidimos en situaciones similares que hemos vivido dentro de nuestra propia casa, por eso debemos trabajar diariamente contra estas prácticas.
Es de suma importancia que se brinden talleres a las mujeres sobre autoestima y así aprender a valorarse para que no las utilice como un objeto. Debemos seguir educándolas y formándolas con temas que ayuden a erradicar el machismo. Finalmente, es muy importante involucrar a los hombres para crear conciencia de que sus acciones nos violentan.